29 marzo 2008

La casa de César Vallejo

Su casa y Santiago de Chuco son los pilares fundamentales de la obra tan humana de César Vallejo. No es "un lugar desde donde se tiene que partir" como un periodista escribió al conocer el pueblo del gran vate peruano. No lo es porque él siempre trató de regresar al Perú, prueba de ello es que luego de su muerte, su viuda Georgette hizo un periplo desde Europa hacia Santiago de Chuco. ¿Por qué tendría que realizar semejante viaje si no fuese porque trataba de cumplir los deseos de esposo muerto?.... estoy seguro que el viaje no lo hizo sola, sino acompañada con los pasos, la mirada, el andar y respirar de Vallejo.

Toda mi familia, por parte de padre y madre, es de Santiago de Chuco. Mi padre, ahora con 80 años de edad a cuestas, vino a Lima a los 20 años, es decir, se encuentra en la capital 60 años. Y en todo este tiempo, desde que tengo uso de razón, no hay día que no hable de su pueblo, su gente, sus colores y olores. Cuando se junta la familia el tema es sólo Santiago, Calipuy, Aguiñuay, Quiruvilca... es increíble el apego a su pasado; a pesar del tiempo que estuvieron fuera, pueden recordar calle por calle, casa por casa donde vivía cada uno de los santiaguinos. Asimismo repiten de memoria el árbol genealógico de todos sus conocidos y sus innumerables anécdotas locales. Estas manifestaciones de querer a su terruño se observa en las fiestas patronales que se realizan año a año en el mes de julio. Llegan los santiaguinos de toda parte del Perú y el mundo con una sonrisa a flor de piel.

Vallejo, al igual que los demás santiaguinos, siente un gran desarraigo en las ciudades donde le toca habitar. El poeta sufría en Lima a la cual llamaba Bizancio, porque no se acostumbraba a su clima húmedo y sin lluvia. En Lima, Madrid, Moscú o París, Vallejo era uno más, un perfecto desconocido a quien nadie le importaba si estaba contento o triste, si comía o no, si trabajaba o no.... todo lo contrario sucedía en Santiago de Chuco, ahí tiene un nombre, César Vallejo, el hijo de Francisco de Paula Vallejo y María de Los Santos Mendoza, el shulca de once hermanos, vecino de tal y cual.... al salir todos lo reconocen, le saludan por su nombre "Hola César...".

Para los que quieran ahondar en el tema, les recomiendo leer "El sentimiento de hogar en César Vallejo" escrito por Danilo Sánchez Lihón, poeta y escritor nacido en Santiago de Chuco.

La casa de Vallejo (01 de 04)


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La casa de Vallejo (04 de 04)







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