Mi testamento
Yo hombre del medio pelo-argentino, en mis cabales y absolutamente responsable del momento que me toca morir, digo vivir... dejo todo mi agradecimiento a las fuerzas vivas, muy vivas, yo diría avivadas, que me gobernaron con total falta de respeto e idoneidad profesional. A los conservadores aristocráticos de la primera hora, les dejo un manual de Historia Argentina para que la relean a ver dónde dice que en una república democrática alguien puede creerse superior a los demás por cuestiones de linaje y casta, sobre todo, siendo hijos de inmigrantes como cualquiera, en nombre de esa prosapia trucha, con horrorosos latifundios dignos del peor señor feudal del medioevo en pleno siglo XX y cagarse en el pobre; insultándolo con una caridad, que en 90% de los casos es humillante e insuficiente. A los correligionarios radicales les dejo una brújula para que, al saber dónde está el sur y dónde está el norte, sepan también definirse entre la izquierda y la derecha o el centro en vez de ser alternativamente pseudo-bolches o gorilas conservas. A los distinguidos camaradas de las izquierdas argentinas les dejo un manual titulado "¿Qué es la clase obrera?", con modelo para armar incluído, a ver si así pueden explicarse qué les faltó para lograr un puto voto del laburante que, ante la confusión de prédicas que iban desde el hermetismo intelectual a la declaración de guerra de guerrillas, prefiriendo por lo tanto (y esto debe ser único en el mundo) votar a la derecha o apoyar dictaduras populistas. A los compañeros peronistas les dejo un manual de la contradicción perpetua y fanática donde se explica cómo un movimiento populista que luchó contra el conservadorismo puede llegar a ser un movimiento conservador que acusa de populistas a los que luchan contra los conservadores y cómo se puede glorificar a Evita haciendo todo lo contrario de lo que hacía ella. También les dejo un bombo para que lo conviertan en shopping y un CD doble con canciones de Menem y música de Palito Ortega cantado por María Julia. A los milicos que tengan menos espíritu de cuerpo y a los curas que tengan menos cuerpo y más espíritu.
Y a las generaciones venideras sepan que hubo una vez un país rico, grande, lleno de buena gente al cual unos pocos pícaros avivados hundieron sin remedio.
Fuente: Extraído del libro "Del cabildo al Shopping" de Enrique Pinti. Editorial Sudamericana.
Lo de Argentina es emblemático porque tiene todo para ser una potencia mundial. Paul Samuelson, premio Nobel de Economía (1970), doctorado en Economía por Harvard University y profesor del MIT, en 1945, predijo que Argentina sería una potencia económica mundial. Todos sus estudios e investigaciones apuntaban a este país como el único que reunía todas las condiciones para serlo, sin embargo, sus fórmulas macroeconómicas no incluían el factor humano. No tomó en cuenta la asunción al poder del Perón.
El 15 de mayo del 2005, al cumplirse el cumpleaños número 90 de Samuelson, el diario La Nación de Buenos Aires publicó una nota sobre este tema:
"El día en que se equivocó
Samuelson dijo que Argentina sería potencia
"En 1945 yo ya era un experto en economía. Supongamos que alguien me hubiera formulado entonces esta pregunta: ¿qué regiones crecerán más rápido en los próximos 50 años antes de que se termine el siglo? Hubiera dado la siguiente respuesta y hubiera sido incorrecta: la Argentina está a punto de lograr un avance importante en la innovación de la productividad, un avance que la pondría a la par de los Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania".
Según explicó, esperaba algo "especial" de la Argentina por su clima templado, sus abundantes recursos naturales per cápita y su población homogénea. "¿Qué salió mal?", se preguntó y contestó: "La democracia evolucionó con tendencia al populismo [...] y las promesas para favorecer a la importante cantidad de necesitados son fáciles de hacer, pero la dura realidad de los mecanismos de mercado convierte los intentos de incrementar los índices salariales por decreto en inflación real en lugar de índices salariales altos y sostenibles". "
En el 2007, Argentina sigue siendo un país subdesarrollado, entonces, surge la pregunta del millón ¿Qué sucedió? Se han escrito innumerables libros al respecto, pero todo confluye al factor humano como causa de todo mal o bien, lo que me recuerda la sentencia de un danés sobre su país: la educación fue base de todo el progreso que tenemos ahora en Dinamarca
Hace poco estuve leyendo "Incorregibles argentinos" del escritor argentino Marcos Aguinis , donde hace una divertida antología de la disonancia cognitiva que este país produce en sus visitantes. Otra buena lectura es "El atroz encanto de ser argentino" del mismo autor.
Pero me quedo con el genial Pinti:
Dedicado a todos los políticos
Izquierda y derecha argentina
Perú, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia y Chile forman parte de un grupo de países latinoamericanos que tuvieron diversos booms económicos a lo largo de su historia, producto de las materias primas que poseen, sin embargo, nunca supieron aprovechar el momento. Perdieron la oportunidad de consolidar un país con fuertes bases competitivas, el dinero se despilfarró en lugar de invertirlo en infraestructura educativa y en satisfacer las necesidades de alimentación..
En todos los casos, fracasaron la clase dirigente, los políticos y los pueblos que no supimos elegir o desarrollar cuadros dirigenciales honestos que nos permitiera salir del subdesarrollo. A pesar de todo, debemos intentar el cambio, no agobiarnos y dejarnos aplastar por este pasado que llevamos como lastre. El futuro es nuestro, nadie más que cada uno de nosotros puede propugnar el cambio, desde nuestro pequeño puesto de combate. Empresario, empleado, artista, comerciante, chofer de combi, lustrabotas, todos podemos contribuir con un granito de arena al cambio, por grande o pequeño que éste pueda ser... debemos intentarlo... porque quien no hace nada por cambiar las cosas, pierde el derecho a la protesta.
Pero, ¿Vale la pena intentar el cambio? Tenemos países hermosos, con los paisajes más bellos del planeta, con personas buenas, alegres y solidarias... por eso siempre valdrá la pena el esfuerzo por el cambio. No me cansaré de repetir que sólo basta un par de manos, un cerebro y un sueño para cambiar al mundo.
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