15 abril 2007

Adán y Eva entre siestas y ronquidos

¿El hombre es quien "ronca" en casa? El verbo roncar adquiere un doble sentido cuando queremos decir quién manda en casa. "Si no roncas, te roncan"... es el sabio consejo de un varón a otro. Strictu sensu roncar es un acto tan antiguo como el hombre mismo. ¿Adán y Eva habrán roncado? No es seguro. Lo que sí debieron hacer es tomar su siesta, y no una...sino varias.

La vida en el paraíso debió haber estado rodeada de una laxitud tal que deben haber quedado embriagados por ese sopor permanente de la somnoliencia. El hombre de las cavernas también disfrutaba de las siestas. Luego de una larga jornada en que tenía que enfrentarse a dinosaurios, reptiles voladores, insectos inmensos devoradores de carne, es de imaginarse que necesitaba un reparador descanso en brazos de Morfeo. Arrastraba de los pelos a su hembra hacia la cueva y echábase a dormir... ahí surgirían los primeros ronquidos en una especie de alarmas permanentes para ahuyentar a las alimañas que se acercaban para devorarlos. Así pues el ronquido es un valor más del hombre abnegado por defender su pareja y hogar.

Lo paradójico del caso es que no ha sido el hombre en roncar primero en casa. Fue imposible que un Adán sin manzana pudiese emitir esos sonidos guturales. Lo más Probable es que Eva haya sido la primera en roncar, ahora bien, la pregunta es, ¿existirá el ronquido femenino? ¿Cuántos tipos de ronquidos existen?... Existe el ronquido con silenciador, esos que uno emite cuando se queda semidormido en una exposición de artefactos eléctricos, una misa o una ceremonia de trabajo. Otro ronquido es el espontáneo, ese ronquido que sólo se escucha una vez por que es tan fuerte que despierta a su mentor de una sacudida total. El más bullicioso es el ronquido bombero, el cual debió ser inventado por un cavernícola estresado por vivir rodeado de vecinos que querían tenerlo como plato de fondo.

¿Yo ronco? ... es la clásica pregunta de los que no quieren reconocer que emiten esos cavernarios sonidos... pero si se ponen a pensar, mis amigos, el ronquido todavía sirve como alarma para ahuyentar a los don juanes que quieran ponerte esa ornamenta en la cabeza. No creo se atrevan entrar a seducir a tu compañera con semejantes sonidos retumbando el cuarto!!!! Claro... Adán, seguro no tenía estos problemas, por eso... no roncaba.

Ohhh... ya me dio sueñito... ahora me iré a tomar una reparadora siesta... permiso.


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