08 octubre 2010

Mario Vargas LLosa, Premio Nobel Literatura 2010

Me siento muy contento por el Premio Nobel de Literatura alcanzado por nuestro compatriota Mario Vargas Llosa, uno de los autores que reafirmó mi vocación por la lectura.



Ya había leído muchos libros de autores europeos, cuando a los 13 años cae a mis manos La Casa Verde... nombre que me llamó la atención desde el momento que vi el título en las calles de Lima. Sobre Literatura peruana, sólo tenía los antecedentes de El Mundo es Ancho y Ajeno y Warma Kuyay. Nunca imaginé que el nombre tan sugestivo pertenecía a una casa de citas al norte del Perú.

El libro estuvo lleno de sorpresas. El manejo del tiempo-espacio era diferente a lo que había leído antes. Los personajes aparecían en diferentes capítulos, con diferente nombre o sobrenombre, y en diferente tiempo. Capítulo a capítulo, asistía a un viaje en el tiempo, pasaba del futuro al presente, del pasado al futuro y viceversa. Los primeros capítulos me causaron sobresalto, luego entendía que el autor quería justamente mostrarnos la historia tal cual la concibió. Nuestros recuerdos nunca son lineales, pasamos de un tiempo a otro sin el orden cronológico, así que porqué debiesemos esperar ese orden en un libro. Años después, utilizaría parte de esta técnica en El Pez en el Agua.

Nos presentaba los personajes bien marcados, cercanos, vitales...hasta ahora puedo recordar la brillantez para relatar el ingreso de Anselmo y su arpa al pueblo.... La Casa Verde marca el inicio de posteriores Libros de Vargas Llosa...aquí nace los personajes de la Chunga (Hija de Anselmo y Julia la ciega), los Inconquistables (grupo de mozalbetes que frecuentaban la casa de citas), el sargento Lituma (uno de los inconquistables), etc.

Otro recurso utilizado por Vargas Llosa es el flash bac, sacar parte de una historia de un tiempo, de un lugar y colocarlo en otro... una especie de zoom a cierta parte de la historia.

La narrativa es tan inquietante y perturbadora sobre todo para un adolescente que sentí no ser el mismo luego de esta lectura. Algo había cambiado en mi forma de ver la vida. Quedé extasiado por la maestría para contar diferentes historias, que al final se van juntando en una. Cuando terminas de leer la obra, comprendes que no necesitabas conocer los capítulos anteriores para seguir la trama. Uno debía leer el libro tal cual, como la vida misma, con la confianza que en algún momento los puntos se unirían para darle sentido a todo. En ese momento sabes que no había otra forma de contar la historia.

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