05 abril 2008

Trilce

Hay un lugar que yo me sé
en este mundo, nada menos,
adonde nunca llegaremos.

Donde, aun si nuestro pie
llegase a dar por un instante
será, en verdad, como no estarse.

Es ese sitio que se ve
a cada rato en esta vida,
andando, andando de uno en fila.

Más acá de mí mismo y de
mi par de yemas, lo he entrevisto
siempre lejos de los destinos.

Ya podéis iros a pie
o a puro sentimiento en pelo,
que a él no arriban ni los sellos.

El horizonte color té
se muere por colonizarle
para su gran Cualquiera parte.

Mas el lugar que yo me sé,
en este mundo, nada menos,
hombreado va con los reversos.

?Cerrad aquella puerta que
está entreabierta en las entrañas
de ese espejo. ?¿Está?? No; su hermana.

?No se puede cerrar. No se
puede llegar nunca a aquel sitio
do van en rama los pestillos.

Tal es el lugar que yo me sé.

César Vallejo



Trilce
, sin duda el más importante y conocido poemario de César Vallejo, tu
vo su origen en 1920, cuando el poeta se encontraba en la cárcel. Su publicación, en 1922, pasó casi inadvertida, cuando no incomprendida y aun vilipendiada. Algunos estudiosos opinan que el neologismo que sirve de título al libro se compone de las palabras "triste" y "dulce", aunque ninguna explicación es hasta ahora totalmente satisfactoria.
Otra opción es que "Trilce" quizá sea el nombre de una flor de Santiago de Chuco.
Sea como fuere, este libro -merced a sus audacias lexicográficas y sintácticas-está considerado como la obra cumbre de la Vanguardia poética en lengua española. (Wikipedia)


Poema I


Poema XXVIII


He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.

Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.

A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.

El yantar de estas mesas así, en que se prueba
amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el brocado que no brinda la
MADRE,
hace golpe la dura deglución; el dulce,
hiel; aceite funéreo, el café.

Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
y el sírvete materno no sale de la
tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.



Poema XXXVII

He conocido a una pobre muchacha
a quien conduje hasta la escena.
La madre, sus hermanas qué amables y también
aquel su infortunado “tú no vas a volver”.

Como en cierto negocio me iba admirablemente,
me rodeaban de un aire de dinasta florido.
La novia se volvía agua,
y cuán bien me solía llorar
su amor mal aprendido.

Me gustaba su tímida marinera
de humildes aderezos al dar las vueltas,
y cómo su pañuelo trazaba puntos,
tildes, a la melografía de su bailar de juncia.

Y cuando ambos burlamos al párroco,
quebróse mi negocio y el suyo
y la esfera barrida.

Fernando Fernández & Carolina Viale - Trilce Poema XXXVII



Poema XLIII

Quién sabe se va a ti. No le ocultes.
Quién sabe madrugada.
Acaríciale. No le digas nada. Está
duro de lo que se ahuyenta.
Acaríciale. Anda! Cómo le tendrías pena.

Narra que no es posible
todos digan que bueno,
cuando ves que se vuelve y revuelve,
animal que ha aprendido a irse... No?
Sí! Acaríciale. No le arguyas.

Quién sabe se va a ti madrugada.
¿Has contado qué poros dan salida solamente,
y cuáles dan entrada?
Acaríciale. Anda! Pero no vaya a saber
que lo haces porque yo te lo ruego. Anda!
Canta Noel Nicola


Poema LXXV

Estáis muertos.

Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a crepúsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán impunemente se está uno
muerto. Sólo cuando las aguas se quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y doblan, entonces os transfiguráis y creyendomorir, percibís la sexta cuerda que ya no es vuestra.

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades.Y sinembargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.
Estáis muertos.

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Los poemas completos de Trilce se pueden leer acá.


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Palabras Prologales "TRILCE"

I

Conocimiento

Bien quisiera yo, que estas palabras mías al frente del gran libro de Cesar Vallejo, que marca una superación estética en la gesta literaria de America, fueran nada mas que lírico grito de amor, tenue vibración del torbellino musical que ha suscitado siempre en mi la vida y la obra de este hermano genial. Así debería ser, pero mi amor no puede eludir el conocimiento. Pienso que solo quien comprende es el que con mas veracidad ama, y que solo quien ama es el que mas entrañablemente comprende. Hay, pues, una mayor o menor veracidad en el amor, tanto o más que en el conocimiento que extrae para si el maximun de comprensión que necesita para su autor. Un áurea mañana el niño se llena de estupor ante el sutil juego dinámico, ante los gritos inarticulados de su muñeco. Su asombrada puerilidad toca por primera vez las puertas del misterio. Espera que el milagro que se produce en si mismo, el milagro de la vida, le pueda ser revelado por esta criatura mecánica que tiene en sus manos. El futuro hombre esgrime sus nervios, su corazón, su cerebro y su valor para lanzarse en su primera aventura de conocimiento. ¿Por que? -gritan sus entrañas desde lo mas ascendrado de su ser. Y este primer ' por que" rompe, con dolorida angustia, el desfile innumerable de "por ques" que signan los escalones vitales del hombre, hasta el último, el de la muerte. El niño decide destripar su muñeco. Le destripa. Tras de haber vaciado las entrañas de trapo y de aserrín, tras de haber examinado atentamente la arquitectura de su juguete, tras de haber apartado pieza por pieza todo el montaje interior, tras de haber eliminado todo lo puramente formal en busca de las esencias, el investigador se encuentra ante el primer cadáver de ilusión, ante el primer conocimiento. Un tenue alambrillo arrollado en espiral; he aquí donde residía, integra-mente, el secreto de la maravilla dinámica del muñeco. Esto no es vida; esto es una mixtificación de la vida. He aquí, a mi juicio, la posición fundamental de Cesar Vallejo con respecto a la poesía. Nino de prodigiosa virginidad, busca el secreto de la vida en si misma. Ha tenido sus muñecos en los cuales creía encontrar el principio primordial del gran arcano. Ha descubierto que las artes no son sino versiones parciales, versiones escuetas, estilizadas del Universo. Ha descubierto los estilos y los instrumentos para expresarlos: las técnicas. Cesar Vallejo esta destripando los muñecos de la retórica. Los ha destripado ya. El poeta quiere dar una versión mas directa, mas caliente y cercana de la vida. El poeta ha hecho pedazos todos los alambritos convencionales y mecánicos. Quiere encontrar otra técnica que le permita expresar con mas veracidad y lealtad su estilo de la vida. La America Latina -creo yo- no asistió jamás a un caso de tal virginidad poética. Es precise ascender hasta Walt Whitman para sugerir, por comparación de actitudes vitales, la puerilidad genial del poeta peruano. De esta labor ya se encargara la critica inteligente; si no hoy, mañana.
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Otros enlaces asociados al tema:
La liberación en Trilce de César Vallejo
Trilce: devenires de resistencia
Sobre el poema XLVI, de Trilce
Tribuna: Un poeta que necesitamos más que nunca
Prólogo del TRILCE (César Vallejo) escrito por Antenor Orrego el 22 de setiembre de 1922
Acerca de Trilce
Serie Trilce: Anillo



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, JuanK

Soy Laura Giusti, y quería agradecerte por enlazar mi pieza Trilce a tu artículo. Voy a darme un paseo por tu blog, ahora que lo conozco. Y muy lindo tu acercamiento a Vallejo, quizás el poeta que más quiero, junto a Oliverio Girondo y Miguel Hernandez.

Un abrazo

Laura

JuanK dijo...

Toda mi familia, por parte de mi padre y madre, es de Santiago de Chuco. En la UP tuve de profesor a Antonio Cornejo Polar quien me sorprendió con sus revelaciones sobre Vallejo, y es que él en sus años de Sanmarquino se identificaba con los Vallejianos (en contraposición de los seguidores de Chocano). También me sorprendió lo que escribiste eh, muy bueno:

Trilce siempre me sonó a tres. Luego se me dijo que unía en sonido y sentido las palabras triste y dulce. Y… sí. Pero a mí seguía sonándome a tres.

Tal vez sea como las pecas de la luna. Cada noche clara de luna llena veo sus mejillas pecosas. Hice una exaustiva encuesta entre todos los miembros de mi familia, pero parece que la única que ve las pecas de la luna soy yo. Bueno, para mí, la luna tiene pecas. Y Trilce suena a tres.

Vallejo ha escrito las líneas más bellas de la poesía latinoamericana, pero casi todo en él duele, casi todo es desgarro o desasosiego. Sin embargo, una vez que te acercaste a su mundo, es difícil no volver. Y yo vuelvo, sobre todo, a Trilce. Que, triste y dulce, sigue sonándome a tres.

Saludos

JuanK